Desde que la nena nace la embutimos de rosa. Le agujereamos los lóbulos de las orejas para empezar a colgarle adornos cuanto antes. Un par de años después su recámara esta llena de muñecas de físico imposible, por no decir grotesco, piernas infinitas, chichis en la garganta, reservas bursátiles de peróxido en las largas cabelleras rubias, enormes ojos paranoides y por supuesto, lo suficientemente flacas para asegurar de por vida niveles adecuadamente bajos de autoestima para la la mercadotecnia de la "belleza femenina". Ni hablar de los modelitos que lucen, mini faldas, tops, plataformas tortuosas de colores chillones, en fin, lo que haga falta para resaltar y evidenciar "atributos" físicos. En la televisión y las revistas ven los intentos de carne y hueso de sus Barbies y sus Bradtz. En las noticias aprenden que un desastre político no puede competir con el mismo vestido que se pusieron dos "socialités" para la misma gala y que no hay cosa más deseable que ser una cosa sexualmente atractiva.
Una jovencita de unos trece años sube a face una foto "enseñando de más" ( no profundizaré, pero "de más" parece venir a significar "algo que vulnerar nuestros hipócritas conceptos de moralidad"), su madre, colérica, graba el proceso de la regañiza que incluye cinturonazos y frases como "para que dejes de andar de caliente", y lo sube a la red social. El video aparece con una leyenda que dice "Así deberían reaccionar todas las madres cuando sus hijas enseñan de más..." y una avalancha de comentarios de aprobación secunda la estrategia educativa de la ñora. Alguien comenta que es duro pero mejor unos golpes a tiempo de la mamá que los que le iba a dar su futuro padrote si seguía por ese camino. Alguien más, que ya le dio la chamaca más material a los pedófilos para masturbarse y la hace parecer más cómplice que víctima en el asunto. Una tercera postea el sesudísimo comentario de que desgraciadamente esa es la única forma de que las niñas no anden de lujuriosas, es para que no se expongan a cosas peores.. etc. La moraleja es:
Una sociedad que bombardea por todos los flancos a las niñas fomentando la precocidad, y los cinturonazos son para la chamaca.
Falta de atención y cariño por parte de los padres que orillan a buscar aprobación en otro lugar a como dé lugar, y los cinturonazos son para la chamaca.
Una "horda de degenerados" rastreando fotografías semieróticas de adolescentes, y los cinturonazos son para la chamaca.
Hombres que comercian con el cuerpo de mujeres en contra de su voluntad, y los cinturonazos son para la chamaca.
El mensaje parece ser algo así como: Si decides sobre tu propio cuerpo te arriesgas a que alguien te viole y te prostituya. Eres un objeto sexual para terceros pero jamás para ti misma. Tienes que aspirar a ser un sex simbol pero sin trasgredir los líneamientos de la moralidad en turno. Y existe una gran diferencia (y una línea muy delgada) entre la Barbie perfecta y la prostituta que no vale nada, aunque traigan la misma ropa puesta.
¿Así o más confuso? Cero criterio.
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