Lo recuerdo como si hubiera sido ayer: Era un peluche amorfo rosa chillón que pretendía ser un french poodle sobre un cojín en forma de corazón rematado con encaje. Ese día supe que estaba frente al objeto de adoración principal del culto a lo cursi y a lo kitsch, y alguien me lo ofrecía con esperanzas de lograr un intercambio de fluidos conmigo a través de tan particular ofrenda. En la oficina han puesto una caja forrada de papel rojo (de ese que usaban nuestras mamás para forrar nuestros cuadernos en la primaria) y corazones. Un letrero muy mono junto a ella invita a todo el personal a escribir cartitas a sus compañeritos más queridos, flota en el aire un ambiente a preparatoria nauseabundo, y todo mundo pasa como sin interés junto al dichoso receptáculo de popularidad jurando que no le da importancia pero absolutamente ilusionados con recibir alguna nota de amor anónima y escapar por un par de días a su rutina aburrida de godínez. ¿Qué sigue? ¿Vamos a elegir al rey y a la reina del baile?
¿Les ha pasado que tienen tantas cosas negativas que decir sobre algo que no saben por donde comenzar? Bueno, así estoy yo. Entre el 14 de febrero y el 10 de Mayo no sé que fecha aborrezco más. Y es que no sólo se trata de consumir demencialmente un montón de artículos basura y adoptar compromisos hipócritas que de no haber una exigencia social mamona de por medio no estaríamos en absoluto interesados en perpetrar. Finalmente, quien se adscribe a la ola de sentimentalismo y optimismo emocional está muy en su derecho. Pero quienes de repente despertamos un día y encontramos que junto con el día del Amor y la Amistad, hay que aguantar los cierres viales a consecuencia de que el líder religioso de la cristiandad anda dando el rol por la ciudad de México, y para acabarla de joder es quincena, tenemos también el justo derecho de encabronarnos!!!!
Me llegó un correo el día de antier, invitándome a formar parte de la valla humana para recibir al sumo pontífice. Había una especie de postal en mi buzón con la cara del tal Pancho en ella y además no hay manera de prender el radio sin tener que escuchar un resumen pormenorizado de qué desayunó el cabrón. Cuanto entusiasmo!! Cuánta gente dispuesta a salir de sus casas a demostrar su apoyo a la ideología católica pero incapaces de investigar mínimamente a sus rockstars! Qué cantidad tan absurda de recursos en propaganda y logística por parte de un estado que se autodenomina laico. Cuando uno compara este despilfarro con lo que costaría darle refugio a un montón de niños sin hogar, o atención médica a personas de escasos recursos, o darme una beca del FONCA, no hay forma de que la nausea no aparezca.
Mientras tanto yo hago una lista de lugares seguros para visitar hoy sin verme atrapada en una marabunta de parejas viscosas y feligreses en trance. hasta el momento llevo: Una funeraria, un verificentro, y una oficina de seguros. Se aceptan sugerencias. Aunque lo más probable es que mi nuevo videojuego de la Xbox y yo pasemos a segunda base hoy en la comodidad de mí sala. Llevo ya casi un año omitiendo fechas incómodas de mi calendario, y aunque muchos familiares se alarman y no faltan amigos llamándome de grinch amargada para arriba, yo he sido muy feliz.
Este catorce de febrero en particular, la ciudad de México logra un record histórico glorificando a la ignorancia en tantas de sus manifestaciones que no me queda más que aplaudir el esfuerzo sincero de mi país para alcanzar un nivel inmaculado de estupidez.
Esta no es mi entrada más elocuente, lo sé. Por eso le dejo la última palabra a los siempre sabios grillitos:
Cri, Cri, Cri...
Crí crí crí... ...(criterio, crítica y crisis)
