domingo, 15 de mayo de 2016

#TodosSomosEngomadoRojo3y4 y #PrayForLosQueNoCirculan ante la crisis Medioambiental.



La ciudad de México es el foco emisor de CO2 más entusiasta de América Latina. Se estima que en diez o quince años la escasez de agua en las grandes urbes convertirá el baño diario en un artículo de lujo. La velocidad con la que estamos convirtiendo los bosques en paradisíacos campos de cultivo para alimentar reses parece no entender de matemáticas ni de lógica básica, y los cientos, miles de científicos y ecologistas que desde hace décadas saben que estamos corriendo felizmente hacia un mundo apocalíptico de extinciones masivas comparables con el periodo pérmico son convenientemente ignorados por las industrias, los gobiernos y los medios de comunicación.

Estimado lector afortunado dueño de un vehículo a gasolina, no circular es el menor de tus problemas.  Válidos los argumentos de que son medidas que intentan tapar el sol con un dedo. Pero considerar un derecho humano desplazarse todos los días al trabajo solos, en un auto donde caben cinco personas, es aberrante.

Me pregunto a qué grado tenemos que llegar para tomar un mínimo de consciencia. Imagino que en el fondo todos pensamos que en algún lugar hay una especie de consejo de todo poderosos líderes mundiales que tienen el  problemas más que acotado y  podemos confiar en su buena voluntad de resolver el irreversible daño que hemos provocado al planeta, pero la realidad es que probablemente estén asegurando su propia supervivencia y nada más. Recuerdo que cuando tenía diez o nueve años, la maestra de sexto de primaria nos encomendó una exposición sobre el medio ambiente con la condición obligatoria de llevar propuestas para detener el daño ecológico. Yo sugerí una esterilización masiva que asegurara la disminución poblacional en un 50% para décadas posteriores, o en su defecto, una oportuna guerra mundial de armas biológicas. No sé si esto tuvo que ver con mi expulsión de la institución una semana después de eso (Claro,  pudieron ser otros detalles...), pero me queda claro que a la gente no le encanta escuchar que la única solución es dejar de reproducirse a lo idiota.

Bien podríamos comenzar hoy mismo a ahorrar agua, compartir auto, usar bolsas reciclables, dejar de consumir envases de PET, boicotear a las grandes industrias de los combustibles fósiles y pasar los domingos sembrando arbolitos en el Ajusco. Pero la triste realidad es que eso debimos hacer hace cincuenta años y hoy en día nuestra única esperanza es admitir que el mundo ya no puede con tanto bicho homínido (Además de todo lo anterior, claro está).

El estilo de vida al que estamos acostumbrados en las ciudades es a costa de un desenfrenado despilfarro de recursos, y el crecimiento de la mancha urbana es directamente proporcional a la explosión inmoderada de la natalidad. Hacernos conscientes de la huella destructiva que dejamos cada día de nuestras vidas no es agradable, pero créanme, una realidad en la que el aire limpio y el agua potable sean cosas del pasado va a ser algo más que incómoda Como siempre... se quedan cantando los grillitos.


Cri...cri...cri.


1 comentario:

  1. Efectivamente es una nota pesimista, pero real. De hecho se han tomado en cuenta esas condiciones de natalidad y gracias a la publicación y seguimiento del SIDA, la población se redujo drásticamente desde la década de los ochentas. Esperemos recobrar aquella consciencia de especie y darnos la oportunidad de salvar a nuestro planeta.

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